Artículo escrito por Marina Díez Arrizabalaga
Ingeniera de Energías Renovables
Cocina tradicional de leña en el mundo. Fuente: Google imágenes.
Hay una gran parte de la sociedad que se nos está olvidando: 4 mil millones de personas que no responden a nuestro modelo de consumo, que se encuentran rezagadas en el desarrollo impuesto desde occidente, y que cuando se tomaron las grandes decisiones sobre la asignación de recursos, simplemente, no estaban encima de la mesa. En una de estas realidades desconocidas, se encuentran las 2500 millones de personas en el mundo que dependen de la madera para cubrir sus necesidades más básicas: cocinar, calentar agua, calefactar la vivienda. Y lo hacen en fogatas rudimentarias ineficientes y peligrosas, con impactos a distintos niveles: medioambientalmente, la recolección insostenible de leña conduce a una degradación de los bosques; en términos de salud, la quema ineficiente de madera hace que se produzca una combinación muy peligrosa de contaminantes, un cóctel que es la causa de 4 millones de muertes al año, sobre todo, mujeres y niños. Lo que hace que la OMS considere el humo de la cocina como el 4º mayor riesgo para la salud en el mundo ¿Alarmante, verdad?
Esta es la realidad social que conocí a través de mi TFG.
Hace aproximadamente un año supe de la posibilidad que ofrece ISF-MGI en hacer los TFGs en Cooperación al Desarrollo. Sinceramente, no tuve dudas. Quería ver que aunque en los cuatro años de carrera ésta no parecía una posibilidad, la Ingeniería también tiene que aportar a la Cooperación al Desarrollo. La buena voluntad no lo es todo, ni mucho menos. Hace falta formación, saber lo que se está haciendo y tener claro que se trabaja con personas. Estamos acostumbradas a ver fracasos de proyectos por llevar a la práctica intervenciones que no son más que una repetición de otras anteriores. Una continua equivocación. Estaba en el 3er año de carrera cuando me presenté a la VII edición del Seminario sobre Desarrollo, Cooperación y Tecnologías para el Desarrollo Humano de ISF-MGI: sesiones interesantes sobre temas de actualidad (energía, soberanía alimentaria, género y desarrollo…) donde pudimos participar activamente y aprender conjuntamente. Ya en 4º de carrera, comencé con los trámites para el TFG: me presenté en la oficina de ISF-MGI en la ETSI de Bilbao y entre los proyectos posibles, llamó especialmente mi atención el proyecto de la ONGD Colectivo Zompopo en Nicaragua, concretamente, en comunidades rurales del Departamento de Matagalpa.
El proyecto busca mejorar las condiciones de trabajo doméstico de 35 mujeres nicaragüenses. Se capacita a las familias de las comunidades rurales para que ellas mismas auto-construyan los fogones mejorados de adobe (con chimenea para la evacuación de humos y de materiales con buen aislamiento) y cocinas seguras y anti-sísmicas de tierra cruda. Además, se trabaja bajo una perspectiva de género necesaria e interesante. Pues, la desigualdad de género, se palpa de forma evidente y más arraigada en las zonas rurales. Son precisamente las mujeres las que pasan prácticamente todo el día en las cocinas y más expuestas están a la inhalación de contaminantes. En este sentido, involucrar a las mujeres en las capacitaciones técnicas, realza su rol dentro de la familia y dinamiza las relaciones de género. Considerar a las comunidades como personas con necesidades pero, sobre todo, con capacidades es el primer paso para intervenir de forma horizontal creando unión e impulsando el empoderamiento comunitario y en este caso, el de las mujeres.
Elisabeth en la autoconstrucción de una de las cocinas con tierra cruda. Fuente: Colectivo Zompopo.
Ángela durante el proceso de autoconstrucción de las cocinas con tierra cruda. Fuente: Colectivo Zompopo.
Comparativa de las cocinas antes y después del proyecto. Fuente: Colectivo Zompopo.
Mi contribución al proyecto de Colectivo Zompopo ha sido meramente técnica y ha estado basada en la evaluación de los fogones de biomasa autoconstruidos y mejorados. Para dicha evaluación, sometimos las cocinas a los ensayos estandarizados más reconocidos en el campo del diseño de cocinas mejoradas. Además, en términos de salud, es muy importante la evaluación de la calidad del aire interior de las cocinas. Por ello, decidimos monitorizar durante 24 horas las emisiones de contaminantes en los hogares con fogón mejorado y las comparamos con la concentración de contaminantes en los hogares que aún tenían cocinas tradicionales. El proyecto se presentó a la convocatoria de una beca y con ésta, conseguimos la financiación necesaria para comprar los aparatos de medida: una sonda de CO, un datalogger para almacenar los datos, un termohigrómetro láser, etc. Metí todos los aparatos de medición en la maleta (sorprendentemente pasé la aduana sin ningún susto) y tras tres aviones, muchos controles, llegué a Nicaragua para quedarme por dos meses.
Foto tomada durante uno de los ensayos realizados en campo. Fuente: propia.
El TFG en Cooperación al Desarrollo es muy diferente a un trabajo basado en un programa de simulación, en unas prácticas en una empresa o en una investigación. Te encuentras en un contexto susceptible a muchos cambios, imprevistos, rediseños del cronograma de trabajo. Recuerdo que los aparatos de medición nos dieron algún que otro dolor de cabeza. Como decían Elena y Jon de Colectivo Zompopo “En Nicaragua, además de un plan A y B, siempre hay que tener un plan C”. Con el tiempo me di cuenta de que no exageraban. Sin embargo, todo esto, supone un aprendizaje constante. Supone, lo que considero, aplicar la Ingeniería de verdad: buscar soluciones y considerar alternativas. Esto es lo que hacíamos cada noche al volver de las comunidades, Elena, Jon y yo: pensábamos en el proyecto, en las mediciones, los resultados de los datos… para llegar a conclusiones sólidas. Cuando disfrutas de lo que haces, dedicar casi todo tu tiempo es un concepto orientativo.
Con el posterior tratamiento de datos vimos que los fogones mejorados cumplen su objetivo: en términos de eficiencia, las cocinas mejoradas son más eficientes en la elaboración de comidas de larga duración (consumen menos leña) y la concentración de monóxido de carbono es de media 23 veces mayor en las viviendas que todavía cuentan con cocina tradicional.
Factor de riesgo al que se exponen las usuarias en el uso de las hornillas tradicionales. Fuente: propia.
Aunque mi TFG se haya basado en una evaluación técnica, disfruté especialmente todo el tiempo que pasé con los comunitarios y sobre todo, con las mujeres de las comunidades, que aún sin entender mi aportación, se convirtieron en profesoras, dejándome descubrir y empatizar con una realidad antes desconocida.
En resumen, fueron ocho meses de trabajo, un continuo aprendizaje. Y con la opción que ofrece ISF-MGI pude conectar dos de mis grandes intereses: la Ingeniería y la Cooperación al Desarrollo. A quien esté considerando esta alternativa, recomiendo hacer el Seminario que cada año imparte ISF-MGI. Una formación previa necesaria en la que con sesiones dinámicas sales de tu realidad para desenfocar y tener una conciencia crítica que siempre nos permite ver con mayor perspectiva.
La entrada TFG en Cooperación al Desarrollo: una alternativa y una oportunidad aparece primero en ISF Euskadi.
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