El pasado 28 de febrero celebramos una segunda sesión de la Escuela de Activistas. En esta ocasión, nos movía el interés por conocer más sobre la propuesta que hay detrás de la Educación Popular. Profesorado, estudiantado, personal de organizaciones sociales nos dimos cita para revisar cómo nuestras prácticas y vivencias en los procesos de aprendizaje se acercan (o no) a los principios de la de Educación Popular.
Con la facilitación de Beatriz Casado, comenzamos el taller revisando qué ejes de opresión podrían operar al interior del grupo que nos habíamos acercado a esta sesión. Desde la Educación Popular se nos invita a nombrar lo que suele quedar oculto. Revisamos si aspectos vinculados al sistema sexo/género, a la edad, a la realidad lingüística o nuestra experiencia acumulada podrían afectar a la dinámica del grupo o a cómo se produce la participación a lo largo de la sesión. Visibilizar los poderes, traerlos al plano de lo visible, para trabajar con ellos. Y así, empezamos a dar forma a esa idea de emancipación que trae la Educación Popular.
La Educación Popular parte de lo que la gente sabe. Por tanto, siguiente paso: revisar qué conocimientos hay en el grupo sobre el tema que nos convocaba. En la Educación Popular se valoran los conocimientos previos y se construye a partir de ahí, para que todo lo aprendido pueda tener sentido en nuestra vida. Tras compartir lo que cada una conocíamos sobre Educación Popular, la facilitadora nos devolvió su experiencia y pudimos tener un mapa más completo. Entre otras muchas ideas, la Educación Popular es un proceso de diálogo, es una corriente de pensamiento y acción, una forma de acompañar un proceso de continua transformación que desde planteamientos integrales (emociones, cuerpo, experiencia, mente…) busca contextualizar los contenidos para un mayor compromiso social y político.
No existe una única manera de Educación Popular, la invitación es a recolocarnos desde una mirada distinta. En los siguientes ejercicios, no tardan en aparecer anécdotas, experiencias previas que ilustran lo difícil que es apostar por estos caminos cuando hemos sido educadas en “sistemas bancarios” (en los que el que sabe deposita conocimientos sobre los que no). Terminamos reflexionando sobre ese difícil equilibrio de retarnos y cuidarnos al mismo tiempo cuando queremos facilitar procesos de aprendizaje. La Educación Popular se construye haciendo.
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