¿Es justo decir que China es uno de los países más contaminantes del mundo?
Así comenzaba María San Salvador del Valle la sesión “Justicia energética internacional: el pago por la electricidad según metodologías de huella energética” el pasado jueves en nuestra Escuela de Activistas. Y es que los bienes y servicios de los que disponemos en los países de Norte implican un aumento del consumo energético que no siempre se contabiliza en el país que se utiliza ya que cada vez son más las importaciones que se hacen de los países de Sur a los países del Norte. Esto se debe, en parte, a que en algunos países la legislación en cuanto a la gestión ambiental no es tan restrictiva como en otros, y los derechos laborales están peor regulados que en otros, lo que hace que la mano de obra sea más barata, y que las grandes empresas prefieran invertir fuera de sus países. Por ello, no sería justo decir que China es uno de los países que más contamina, ya que decenas de países fabrican ahí sus productos para abaratar costes, luego importarlos y luego disfrutar de ellos.
El campo energético es muy amplio, por lo que en esta sesión nos centramos en el eje de la electricidad. ¿Qué parte del precio del producto corresponde a la electricidad? ¿Cuánto paga en electricidad cada país por lo que se consume? Si todo lo que consumimos lo produjeramos en el país, ¿cuánto gasto de electricidad tendríamos? Para su investigación, analizó 43 países y 16 sectores, donde se ve que el cambio climático producido por el desarrollismo no es igual en los países del Norte y del Sur, siendo los del Sur los menos contaminantes y los que peores consecuencias acarrean.
San Salvador nos habló también de la huella ecológica, de cómo consumimos más de lo que la Tierra puede generar desde hace años. También nos advertía de la necesidad de tener una visión más amplia del consumo, que no considere solo el consumo residencial, que en comparación con el global es muy pequeño (apenas un 4 %), sino analizarlo por sectores y más por mercado global, lo que contribuye a tener una aproximación más realista del consumo. Por ejemplo, cuando se compra una camiseta aquí, no solo sube el consumo eléctrico del sector textil, también sube el consumo eléctrico de diferentes sectores y países porque existen interrelaciones entre sí.
A modo de conclusión, los países del Norte global ahorran una gran cantidad de dinero y recursos a costa de los países más empobrecidos, y sería interesante reflexionar sobre cuánto habría que descontar del gasto eléctrico que nos ahorramos, entre otras cosas, produciendo en ellos cuando decimos que damos ayudas a esos mismos países.
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