Revalorizar la Minga como alternativa organizativa en Perú
Aura Vidal Carrasco, voluntaria en Perú
Hace unas semanas viajé de Jaén a Cajamarca. Allá nos esperaba una semana muy intensa, varias reuniones con Grufides, un taller de fitopreparaciones y extracción de aceites esenciales en Celendín, la marcha por el dia en contra de la violencia de género, un taller de periodismo ciudadano organizado por Bibi y una Minga a Cushunga.
Las mujeres defensoras de Cajamarca y las promotoras de salud de Celendín están participando en un proyecto productivo (en el marco del proyecto “Tejiendo redes de emprendimientos sociales y solidarios con mujeres urbanas y rurales del Departamento de Cajamarca, Perú”) donde se está trabajando con las plantas medicinales de la jalca que cuentan con importantes propiedades medicinales. La jalca es un ecosistema propio de los Andes peruanos, praderas muy húmedas que son como esponja y tienen una gran capacidad de retención hídrica, los cuales se encuentran entre la cordillera Blanca y el páramo, por encima del bosque montano de Perú.
Recientemente, con la ayuda del biólogo piurano Fidel Torres, y en base al conocimiento etnobotánico de las comunidades campesinas, se han hecho estudios bioquímicos de los fitoconstituyentes que contienen las plantas medicinales más usadas en la zona de Celendín y Cajamarca, para corroborar científicamente sus propiedades medicinales (o actividad biológica) tales como antioxidantes, antiinflamatorias, antimicrobianas, antibacterianas y analgésicas.
Para ello se ha hecho un tamizaje fitoquímico preliminar que indica que 9 de las 10 especies analizadas contienen más de cinco fitoconstituyentes importantes en la regulación de la salud. Las 10 especies fueron elegidas según los criterios de importancia por el conocimiento de dichas organizaciones de Cajamarca y Celendín.
Así se han podido corroborar que 9 de las 10 plantas usadas tradicionalmente por las comunidades, y en especialmente por las mujeres, tienen propiedades medicinales. Las que tienen mayor cantidad de fitoconstituyentes son la Andacushma (Geranium ruizii), el Coñor rosado, la Huangilla, el Coche chagtana y La Nigua-nigua (Tournefortia hirsutissima). De todas maneras se tiene que seguir trabajando en la investigación ya que el tamizaje fisicoquímico indica la presencia de los fitoconstituyentes pero no su concentración.
Las mujeres están trabajando bajo la marca de aromas de jalca y han elaborado productos como jabones, tinturas, pasta de dientes, champú, cremas, pomadas e infusiones. Las han empezado a vender en ferias tanto localmente como a nivel nacional.
Si bien es una actividad que puede tener buena rentabilidad económica y contribuir al empoderamiento de las comunidades campesinas y de las mujeres, es importante que dicha actividad se desarrolle de manera sostenible para evitar la depredación de los ecosistemas naturales. Dado que las mujeres participantes en el proyecto son defensoras de la tierra, del agua, de la pachamama y todas ellas trabajan armónicamente con la naturaleza y bajo principios de sostenibilidad, la conservación del medio ambiente es un pilar fundamental para ellas.
Por eso es que se ha decidido instalar un vivero para el cultivo de las plantas que las mujeres utilizan para sus productos. Víctor Alba, un vecino de la comunidad de Cushunga, ha decidido ceder una parte de su terreno para construïr un vivero y así poder vender las plantas y empoderar económicamente a la comunidad.
Para la construcción del vivero se organizó una minga donde participaron varias personas de la comunidad (mujeres, hombres y niñxs), las mujeres defensoras de Cajamarca y algunas personas de Grufides y ESF.
Una minga (o mink’a en quechua) es una tradición antigua donde se hace una actividad colectiva en las comunidades. El significado de minga se remonta antiguamente a un trabajo compartido para el bien común, donde al ser colectivo, se puede realizar mucho más trabajo y más rápidamente. Es un trabajo recíproco, hoy para ti, mañana para mi. La minga además es un reunión y una excusa para juntarse y celebrar.
Salimos a las 6 de Cajamarca, con Mirtha, Vilma y sus botas blancas, Sarah, Flor y muchas otras mujeres, Cesario, Erics y Felipe al volante de la combi. Al llegar a Cushunga las
comuneras ya nos esperaban para dirigirnos al terreno.
Por la mañana nos organizamos por grupos de trabajo, unas preparando el fuego para la comida, otras pelando papas, alguien cuidando niños y muchas en el campo a cavar, primero a nivel superficial para quitar las hierbas, y después con la pala y el pico para hacer un hueco más profundo donde se sembrarán las plantas medicinales.
Después de unas cuantas horas de trabajo preparamos la joijona. La joijona es la mesa andina, es una tela larga sobre la que se sirven los alimentos en el campo, sobretodo en
fiestas tradicionales. El tamaño de la joijona determina la cantidad de alimento que habrá. En ella se sirvió canchita, manzanas, plátanos, un plato con papa nativa, una ensalada de la alga andina cushuro, arroz con pollo y una taza de chocolate a la taza.
Después del banquete, cantar un poco y charlar, volvimos al trabajo con mucha energía. Ahora todas a la chacra, con amenaza de lluvia, pero sin detenernos ni cansarnos debido a la motivación colectiva y al ver que el trabajo avanzaba muy rápidamente. Un poquito de cañazo y otra vez al trabajo. Vilma, al mando de la obra (con todo lo que trabajó en la tierra entendimos la función de sus botas blancas) aconsejó de hacer unos canales para que no se encharcara el agua dentro de los espacios para las plantas medicinale y se destruyera así nuestro trabajo. Cuando empezó a anochecer concluimos nuestra jornada.
Así, cansadas pero llenas de energía, después de muchos agradecimientos de la comunidad y muchos abrazos, regresamos a Cajamarca.
Al ser un trabajo donde se trabaja colectivamente se fortalece la solidaridad, el compañerismo, el trabajo en equipo (dejando el individualismo, que tanto potencia el capitalismo, a un lado), el empoderamiento al ver la capacidad de trabajo que se tiene al organizarse y cooperar y el amor y respeto por la tierra. El esfuerzo de una minga se transforma en un gran trabajo.
Es importante revalorizar la minga, como una potente alternativa organizativa ya que se está perdiendo debido al modelo capitalista del trabajo. Alternativa organizativa a nivel de sociedad y comunidad, basada tanto en el cuidado de las personas como en la defensa de la tierra.
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