“El primer ‘pagès’ chino de Mallorca ”
Temas: comunicación, interculturalidad, diversidad cultural, prejucios y estereotipos racializadores
¿Cómo lo hacemos para incluir la perspectiva intercultural en el periodismo?
Todo un reto, sin duda. Y también toda una responsabilidad. Fijémonos en este artículo.
Tal como versa el título, se trata de una noticia que, no lo ponemos en duda, quiere celebrar como ejemplo de emprendeduria y éxito personal la trayectoria profesional de Ying Min Zhao que migró a Mallorca ahora hace unos veinte años. No obstante, la manera en cómo se explica este hecho parte de la mirada condescendiente y del uso de los típicos estereotipos y prejuicios culturales mediante los que acostumbramos a mirar y narrar la figura de «el otro». La figura de aquel que no es «nosotros». Veámoslo:
- El titular ya nos da pistas sobre los procesos diferenciadores de este «otro». De este destacamos el porqué en él, ‘pagès’ va entre comillas. Podríamos entender que como esta palabra en catalan se emplea que en una narración en castellano, ¿por eso la tipografía distintiva? Quizás sí, pero no perdemos de vista el contexto, pues «pagès» (payés o campesino) sin comillas se entiende más que bien en una narración escrita por y desde Mallorca. Así, en una narración que no pretende hacer guiños al territorio en el que el hecho se contextualiza sino que quiere destacar lo inédito de que una persona de Shangháy se haya convertido en propietaria y, por lo tanto, recolectora de una tierra donde cultiva producto chino… utilizar las comillas como hecho distintivo, ¿no contribuye a destacar su ‘particularidad’ de una manera más bien condescendiente? ¿No lo está perpetuando como un «diferente» o «otro»?
- Seguidamente, en el redactado, otra vez se pone de relieve su condición inédita afirmando que Ying Min Zhao se «explica en un castellano impecable». Él, «quien pasará a los anales como el primer campesino chino (ahora sí, sin las comillas!!!!) de sa Roqueta». Después de veinte años de vivir en Mallorca, ¿todavía nos impresiona que haber aprendido bien la lengua que le permite relacionarse en el territorio donde vive, contribuye, hace negocios y crece su familia, sea impecable?
- Más abajo el artículo estaca el enorme esfuerzo que el protagonista ha tenido que hacer para conseguir su cometido con la siguiente afirmación: «su horario sigue haciendo justicia a la fama de ‘currante’ que persigue al pueblo chino». ¿Era necesario usar tal tópico? ¿Qué celebra o añade el comentario al hecho de que sea el primer campesino de origen chino de Mallorca? ¿Nos invita realmente a valorar su esfuerzo o, más bien, a pensar «chino tenía que ser!»?
- Finalmente, el artículo todavía celebra más lo inédito del asunto afirmando que al establecimiento de en Ying Min Zhao no solo van a comprar personas de origen chino sino también mallorquinas y europeas. De este modo, indirectamente también se estigmatiza el comercio -y por extensión también los otros comercios de alimentos de las varias culturas con las que convivimos-, puesto que, quizás solo quién firma la noticia, piensa que estos están blindados a quienes no son del colectivo o comunidad. Así, se fortalece la perspectiva del multiculturalismo que fomenta participar de la diversidad cultural en el ámbito del ocio, pero sin que ésta forme parte de nuestras cocinas y espacios privados. ¡¡¡Cuánta falta nos hace la perspectiva intercultural en este sentido, para poder hablar de convivencia!!!!
Estas son cuestiones que enmarcan la narración del hecho según unos prejuicios o estereotipos que tenemos más integrados de lo que nos pensamos. Insistimos, no ponemos en entredicho que la voluntad del artículo es celebrar un hecho que todavía hoy no está normalizado. Pero el caso es que el uso y permanencia de los estereotipos no invitan a hacerse preguntas sobre lo que realmente importa y lo que realmente se esconde detrás los mal denominados -por involuntariamente estigmatizadores- «procesos de integración».
Sin duda es una buena noticia que Ying Min Zhao se haya convertido en el primer campesino de origen chino. Ahora bien, a partir de la lectura, ¿se nos invita a pensar en todo el esfuerzo y el tiempo que le ha costado tener una tierra en propiedad y convertirse en adalid de un sistema de producción de productos no autóctonos con éxito y con producción sostenible? Hagamos cuentas, puesto que vive en Mallorca desde hace más de veinte años.
Desgraciadamente, la buena voluntad del artículo no supera el sesgo condescendiente y no supera la mirada occidentalista mediante la cual miramos a los ‘otros’ a través del filtro del exotismo o la particularidad. Solo celebrando «que bien lo has hecho Ying Min Zhao y qué caso más particular eres», e identificar su sistema de vida como proeza y no como el cumplimiento de un derecho laboral, habla mucho de quién somos «nosotros»: los que miramos y podemos narrar.
Pasar estas cuestiones por alto enmascara una de las cuestiones que se esconden detrás las reales oportunidades de acceso y participación social que verdaderamente posibilitan los procesos de integración social. Pues de tan inédito como es este hecho, podemos pensar las dificultades de promoción y realización laboral que las personas que han migrado -o de sus descendencias- tienen que afrontar en el día a día. Recordemos que Mallorca no es novata en cuestiones de diversidad cultural. Por lo tanto, quizás hay algo que no estamos haciendo bien.
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