María San Salvador del Valle González y Borja Martínez Tadeo han ganado el VIII Premio Ingeniería Solidaria, por sus respectivos Trabajos de Fin de Máster y de Fin de Grado. Se trata de un premio que llevamos convocando desde 2013, con un marcado enfoque social y de Derechos Humanos, con el patrocinio de colegios oficiales y otras organizaciones relacionadas con la ingeniería.
Ya hemos otorgado el VIII Premio Ingeniería Solidaria, una edición en la que han participado trabajos de estudiantes de Escuelas de Ingeniería y Arquitectura de todo el Estado español. El jurado, compuesto por docentes vinculados a la Ingeniería, al activismo social y a la cooperación internacional, ha seleccionado los trabajos ganadores, que más abajo nos describen Borja y María.
Los premios, dotados con una cuantía de 500€, serán entregados el próximo mes de marzo en Zaragoza, con motivo de la Asamblea Federal, un evento que reúne a todas las asociaciones ISF.
Borja Martínez Tadeo
Trabajo de Fin de Grado: Análisis, diseño e implementación de un sistma de gestión de usuarios y citas para el servicio de atención diurna IREKIA (Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea)
La idea del proyecto surgió a partir de la necesidad de dar una solución al problema de gestión que tenía la asociación. Para ello, profesores de la Escuela de Ingeniería de Bilbao se pusieron en contacto con los distintos estudiantes de Ingeniería Informática en Gestión y Sistemas de la Información para presentar el problema. De este modo, quien tuviese interés en dar una solución a la problemática, pudo presentarse para investigar, diseñar e implementar una solución. Después de conocer la asociación y ver cómo trabajan en ella, se realizó un brainstorming para así desarrollar la solución que mejor se adaptara al problema, fuese fácil de implementar y —lo más importante—, fácil de usar por los usuarios u usuarias finales.
Ha sido un proyecto muy importante ya que unía el trabajo social, por una parte, y por otro lado la ingeniería informática —dos ramas muy distintas—. El mayor aprendizaje ha sido saber cómo viven otras personas, conocer más su realidad, ya que viven en diferente situación y muchas veces, en el día a día, se nos pasan este tipo de situaciones. Esto ha hecho que el proyecto haya resultado distinto y especial a la vez, ya que he visto como lo aprendido en 4 años se puede aplicar en un problema real y así poder mejorar la vida de las personas que usan este servicio.
Me gustaría que la sociedad, a través de este proyecto viese que la ingeniería informática, en colaboración con otras ramas, es un método para ayudar a las personas, ya que ofrece multitud de herramientas para solucionar problemas del mundo real. Además, me gustaría mucho que otros estudiantes de Ingeniería Informática tuvieran la oportunidad de realizar un proyecto del estilo, y así viesen que la ingeniería informática aparte de programar juegos, aplicaciones, etc., sirve para mejorar la vida de otras personas.
María San Salvador del Valle González
Trabajo de Fin de Máster: Cuantificando la justicia energética internacional: El pago por la electricidad según metodologías de cálculo de huella energética (Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea)
Estudié Ingeniería Industrial, especializándome en energías renovables, campo en el que trabajé unos años. Ya durante la carrera echaba de menos un enfoque más social y multidisciplinar de la ingeniería, que pusiera a las personas en el centro y no únicamente orientado a conocer y mejorar las tecnologías con objetivos puramente económicos o de innovación tecnológica. El máster de Globalización y Desarrollo ha sido la oportunidad de complementar mi formación en este sentido, ya que me ha permitido dotarme de herramientas para entender, analizar e investigar los procesos de desarrollo y complementar mi formación con aspectos más vinculados a la investigación, al manejo de las principales bases de datos a nivel internacional y la capacidad de hacer análisis y extraer conclusiones a partir de ellas. A la hora de elegir el tema de mi TFM quería que uniera esas dos dimensiones, de ahí que lo enfocara al tema de la justicia energética internacional. Además, tuve la suerte de contar con el consejo de personas vinculadas a organizaciones como Ingeniería Sin Fronteras y Ekologistak Martxan que me orientaron a la hora de dar forma al trabajo, y especialmente, conté con la ayuda de Ortzi Akizu, del grupo de investigación de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), Ekopol, que cotutorizo este trabajo.
Las conclusiones apoyan la tesis de que el Norte se está beneficiando del Sur con el actual sistema de deslocalización de la producción de bienes consumidos en el Norte. La investigación revela que hay países, generalmente del Norte, que afrontarían costes mayores a los que pagan actualmente gracias a esta deslocalización. Además, ha sido una gran oportunidad de complementar un debate habitualmente más cualitativo y teórico, como es el de la justicia energética con un enfoque más cuantitativo y práctico, que ojalá sirva para enriquecer el debate y aportar nuevos puntos de vista y datos sobre los que apoyarse.
Me gustaría que este tipo de investigaciones tuvieran un impacto en los debates acerca de la justicia entre países y acerca del nuevo modelo energético que necesitamos. Creo que sería apropiado reconocer que existe un pago desigual por los recursos naturales consumidos en otros países. Los países principalmente importadores están viendo cómo sus economías se benefician del comercio internacional a expensas de otros países principalmente exportadores, que enfrentan principalmente los impactos sociales y ambientales. Veo necesario conocer y enfrentar esta realidad internacional y que haya un reconocimiento y asunción de responsabilidades. Como comentaba, creo que complementar el debate sobre una transición energética justa con este tipo de investigaciones cuantitativas aporta nuevos argumentos interesantes. El alcance de mi trabajo se centraba en el análisis de los pagos por la electricidad dentro del panorama energético internacional, pero queda mucho trabajo por delante y posibles extensiones futuras del alcance de la investigación a los consumos de energía total.
El Premio Ingeniería Solidaria
Este certamen se convocó por primera vez en 2013, y desde entonces reconoce trabajos de fin de carrera y máster que ponen en relieve el papel de la ingeniería como herramienta de transformación social, en cualquier lugar del mundo, y de defensa y puesta en práctica de los Derechos Humanos. Se valoran trabajos realizados al amparo de las escuelas o facultades de ingeniería o arquitectura de cualquier universidad española, reivindicando el papel y el compromiso de estas instituciones en la transición hacia un desarrollo humano sostenible en todo el mundo.
ISF quiere agradecer el interés de todas las personas participantes y el apoyo recibido desde el Consejo General de Colegios Profesionales de Informática, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Comunidad Valenciana, Coeticor, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales del Principado de Asturias, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Región de Murcia, el Colegio Oficial de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de Bizkaia, el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Málaga, el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, el Colexio de Enxeñeiros de Camiños, Canais e Portos de Galicia y la Xunta de Galicia.
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